La Europa de las personas Vs. la UE de los mercados. Así comenzaba la última manifestación en la capital madrileña en contra de las decisiones que toman las cabezas pensantes de la Unión, un día después de la cumbre de la Unión Europea en Bruselas.
Cuatro señoras con más sangre en las venas que muchos jóvenes acaparaban la atención de los medios, que superaban en un inicio el número de manifestantes. Incomprensible que la gente mayor, con años de experiencia a sus espaldas y con prácticamente un futuro resuelto, esté más concienciada y luche más por el futuro de unos jóvenes despreocupados que los propios afectados. Los engaños que han sufrido los jubilados gracias a la asquerosa astucia de unos pocos no han hecho que se queden callados. Por ello se han unido a una marcha que ha recorrido las calles madrileñas desde Plaza de España hasta Sol.
Esta manifestación ha sido convocada por el Grupo de Trabajo Transversal RE-ACCIÓN CIUDADANA, que se constituye como espacio de encuentro de asambleas populares (15M), colectivos y plataformas que tienen como objetivo la coordinación de diversas acciones y campañas. Tras un inicio un tanto dudoso, la música, los cánticos (esos que la gente empieza a modificar a su antojo debido a la sublime calidad de los megáfonos) y el espíritu reivindicativo hicieron que se uniese cada vez más gente a pesar del frío y la lluvia de última hora.
Más de dos horas de caminata para luchar por “Un nuevo modelo decidido por la ciudadanía a través de la democracia directa. Por una Europa de las personas y los pueblos, que no los oprima ni explote los ecosistemas en beneficio de unos pocos. Porque la privatización de servicios y bienes solo sirve para que unos pocos hagan negocio; porque las reformas laborales no está sirviendo para generar empleo y porque vivimos en una falsa democracia, donde el pueblo no participa en la toma de decisiones.”
Una manifestación cubierta por una gran cantidad de medios, a pesar de la poca propaganda que ha tenido en comparación a otras (a las 18.00, hora a la que comenzaba la marcha desde Plaza de España, había más medios y aficionados con sus cámaras que manifestantes). Pero también cubierta por mucha gente que a través de sus teléfonos o las redes sociales han comentado la marcha de los indignados. Es decir, un constante bombardeo de información en forma de diversos soportes, producido tanto por profesionales como por ciudadanos de a pie.
Cabe destacar la escasa afluencia juvenil, a pesar de que son (somos) probablemente los más afectados. Y por supuesto, las filas humanas al borde de la calzada observando el panorama cual película de Almodóvar. Unos por no estar de acuerdo, otros por mera pasividad, lo que ha producido algún encontronazo que se ha saldado con un par de insultos per cápita.
Quizás sus voces no se oigan. Quizás lleven recorridos a lo largo de estos años muchos kilómetros en vano, pero lo que nunca sabremos es qué pasaría si el pueblo no saliese a la calle a reclamar lo que es suyo. Por lo tanto, se esperan más manifestaciones en las próximas semanas, hasta que de una vez por todas el Gobierno escuche lo que tienen que decirle.
A una servidora le indigna la falta de indignación de la sociedad. Pero mientras queden un par de voces que no se someten, quedará alguna esperanza.
«¡Que viva, la lucha, de la clase obrera!»
Aquí una crónica en vídeo de la manifestación realizada por Laura Martín (¡gracias, Laura!), estudiante de Comunicación Audiovisual en la URJC: