En diferentes ocasiones hemos hablado aquí de periodismo comunitario o medios comunitarios, términos que corresponden al concepto anglosajón de Community Media. Se pueden encontrar diferentes definiciones para este concepto –Community media en la Wikipedia en inglés, Medio de comunicación comunitario en la Wikipedia en español, dentro de la entrada Periodismo Ciudadano en la Wikipedia en Español…–, pero todas vienen a contener los principios que en su explicación del término resume la UNESCO: «medios de comunicación independientes, gestionados desde la sociedad civil, que operan sin fines de lucro y en pro de las mejoras sociales».
Se utiliza esta definición en la presentación de un manual de buenas prácticas para medios comunitarios publicado por la UNESCO –Community media: a good practice handbook [PDF]–, que encierra una colección de casos de estudio con la intención de servir de inspiración y apoyo a los defensores y propulsores de medios comunitarios, así como aumentar el grado de compresión hacia ellos por parte de los responsables políticos y otros estamentos interesados.
Como organismo internacional para la Educación, la Ciencia y la Cultura dependiente de la ONU, UNESCO tiene en cuenta ese matiz político cuando se refiere a los medios comunitarios:
Están presentes en todas las regiones del mundo como movimientos sociales y organizaciones de base comunitaria que han buscado un medio para expresar sus problemas, preocupaciones, culturas e idiomas. Los medios comunitarios buscan crear una alternativa tanto a los medios públicos, a menudo bajo el control del gobierno, como a los medios privados. Proporcionan a las comunidades el acceso a la información y la voz, lo que facilita a nivel comunitario el debate, el intercambio de información y conocimiento y la participación en las decisiones públicas.
El manual se centra en los medios electrónicos como la radio, la televisión, Internet y los dispositivos móviles. Es global en su concepción, con ejemplos procedentes de 30 países, pero con especial atención a los países en desarrollo. Se esfuerza también por presentar una amplia gama de contextos geopolíticos –las diferentes regiones, culturas, idiomas y sistemas políticos– incluyendo ejemplos urbanos y rurales, de pequeños y grandes países.
Los criterios de buenas prácticas incluyen la adaptabilidad, la pertinencia y la sostenibilidad del caso de ejemplo, si es de propiedad comunitaria y participativa, su singularidad o carácter innovador, así como la base de evidencias y la credibilidad de las fuentes del material.
Está organizado en tres secciones. La primera sección trata de un entorno propicio para los medios comunitarios, la segunda se enfoca en la sostenibilidad y la tercera se ocupa del impacto social. Cada caso de estudio contiene un resumen de las buenas prácticas, una breve descripción y los aspectos más destacados de algunas características clave. Y proporciona además referencias y enlaces para quienes busquen más información.