Michael Yon se convirtió en «periodista por casualidad». No era periodista y no sabía muy bien lo que significaba ser un bloguer. Usaba uniforme, pero no estaba en combate, y así quería que continuasen las cosas. Fue a Iraq pensando que se quedaría un mes y tenía la intención de encontrar una manera de escribir sobre la guerra después de regresar a casa. Hoy relata hechos en directo desde el campo de batalla.
Ha pasado la mayor parte de los últimos tres años en Iraq, escribiendo de manera prolífica y detallada. Entre su público se encuentran sobretodo soldados miembros del ejército, periodistas y blogueros que le acompañan en la guerra. Tiene 43 años y fue soldado de las Fuerzas Especiales hace dos décadas.
Yon cuenta que en el inicio, el ejército no supo controlar el combate, ni la prensa. Al margen de esto, entre los comandantes en el campo «empecé a observar que poquísimos parecían sintonizados y sabían lo que estaban haciendo».
Según cuenta, internet estimuló el surgimiento de ese tipo de periodismo ciudadano, revolucionando la idea de las fuentes de noticias.
Yon Escribe, casi siempre, sobre la misión de los EE.UU para construir un Iraq estable y democrático. Difícilmente rebate a los que discrepan de su opinión, cuestión que ha hecho que otros blogueros le critiquen por insistir en la guerra civil de Iraq y por condenar el tratamiento dado por los norteamericanos a algunos presos o a la población.
No trabaja para ninguna organización. Ninguna agencia de noticias le paga por las centenas de material y fotos que produce. (Parte de este trabajo será publicado, otra vez, en un libro con lanzamiento previsto para abril).
Entre los que discrepan de las opiniones de Yon están los blogueros iraquíes, desde Talkingaboutiraq, neurotic Iraqiwife, FutureIraq y sitios como aswataliraq.info, la 1ª agencia de noticias independiente de Iraq, creada hace casi cuatro años, se va ganando el respeto de la prensa occidental. «Más de 60 medios nos consultan habitualmente y algunas websites».
La mayor baza de Aswat al-Iraq es que sus periodistas pueden acceder a zonas vedadas a los occidentales, en cambio, sus redactores son «invisibles», no llaman la atención entre la población y pueden adentrarse solos en las áreas de conflicto.
Vía | g1.globo.com, elpais.com