Lo que el pasado lunes comenzó siendo una protesta ciudadana contra la ubicación de un vertedero de basuras en una zona residencial de Tianmen, en la provincia central de Hubei (en rojo en la imagen), terminó con la muerte de Wei Henhua, de 40 años y director de Water Resources Construction Co, después de recibir una paliza de los «chengguan», agentes locales de seguridad.
Wei se encontraba en su coche, filmando con su teléfono móvil la violenta represión de la manifestación que efectuaban los «chengguan», cuando éstos advirtieron su actividad y sacándole del vehículo la emprendieron a golpes con él.
Según testigos presenciales, Wei fue apaleado brutalmente durante 10 minutos antes de que una ambulancia intentara trasladarlo a un hospital al que ya no llegó con vida. Los mismos testigos aseguran también que al menos otras 5 personas de entre los manifestantes hubieron de ser conducidas al hospital por la actuación de los «chengguan».
Chengguan es la denominación abreviada de la Chinese City Management Administration and Implementation of Law, una agencia gubernamental asentada localmente en cada ciudad para combatir el crimen de baja intensidad. Acusados sus agentes con frecuencia de brutalidad y abuso de poder, las denuncias y peticiones para su desaparición se han multiplicado tras la muerte de Wei Henhua.
Tras el escándalo internacional provocado por este caso, las autoridades chinas han querido reaccionar. El teniente de alcalde de Tianmen, Wang Faliang, admitió el martes en una rueda de prensa la responsabilidad de los «chengguan» en esa muerte. Bie Bixiong, representante del Partido Comunista de China (PCCh) en la localidad, señaló por su parte que el «incidente fue exasperante e imperdonable»: «Todos los implicados serán castigados severamente de acuerdo con la ley, sin importar su cargo».
La agencia oficial Xinhua ha informado también de que el responsable de gestión urbana de Tianmen, Qi Zhengjun, ha sido expulsado de su cargo. Qi es una de las cien personas que están siendo investigadas por las autoridades locales en relación con lo sucedido, de entre las que ya se cuentan 24 detenidos.
Desde Reporteros Sin Fronteras se ha condenado esta muerte, a la vez que recuerdan que China, país donde más periodistas y cibernautas hay encarcelados por motivos de censura, debe cumplir sus compromisos de protección de los derechos humanos que adquirió al presentar su candidatura para los Juegos Olímpicos de agosto.
En un comunicado oficial, RSF declara: «Estamos horrorizados por la disposición de las autoridades locales para pisotear la libertad de información y de expresión. No hay justificación para este comportamiento. Wei es el primer periodista ciudadano que muere en China por lo que estaba intentando filmar. Fue golpeado hasta morir por hacer algo que cada vez es más frecuente y que era la única prueba para aplicar la ley contra estos oficiales que sobrepasaron los límites».
Como titula China Media Project, este asesinato viene a poner al descubierto los peligros y perversidades del sistema de gestión de la seguridad urbana en un país donde como hemos venido informando también desde PeriodismoCiudadano.com ni siquiera la perspectiva de la celebración de esos Juegos Olímpicos ha logrado relajar la rígida censura y permitir avances en el camino hacia la libertad de expresión.
Vía | Rue89, Global Voices Online, Guardian Unlimited, 20minutos.es